martes, 12 de marzo de 2013

Mi segundo lunes

Ayer, en mi segundo lunes del curso de "escritura creativa", aprendí sobre presentaciones, surrealismo, disciplina, centro, galería de personajes, redacción, uso del lenguaje, improvisación, escenas, nudos, tramas, fantasía, sugerentes ánimos para ir más lejos... y no sé cuántas cosas más. Una de entre ellas... llamó mucho mi atención: "Siempre ayuda más SABER A DÓNDE VAS".
Hay desenlaces imprevisibles, improvisados, verdaderas musas espontáneas de uno de los momentos más cruciales del relato.  Pero una siente a menudo que quiere asirse a algo... Y tal ver porque que antes no aprendí metódicamente, es que suelo irme por las ramas cuando no tengo raíces.
Certeza pura es, qué duda cabe! que conviene idear un final para bocetar los entresijos que irán aconteciendo. Independientemente de que ése sea, o no, el final-final... Que aquí también... todo se transforma.
Un grupo de veinte personas configuramos cada cual su historia en base a unos conceptos sondeados previamente. Tras el espacio-tiempo pertinente, al azar, un@ lee; al azar, otr@ comenta. El profesor nos orienta con pinceladas narrativas y sonrisas. ¡Dos horas de auténtico placer!
Éste fue mi ejercicio que comparto:
- Aquí nos sobra humedad, querida; hasta las ropas de la cama recién hecha están ya mojadas...
- Estás en el levante, no olvides. Y ya en esta ciudad de mar, estás en un barrio antiguo, oscuro... Eso también humedece. Porque llover-llover, no es que llueva mucho, cada vez menos. Por eso la percusión de las gotas sobre el tejado se parece al musical anhelo de lo que se está perdiendo.
¿Sabes cómo se canta al deseo?
- Es como tratar con la humedad, no temas. Se detecta, se le pasa un papel secante para imprimirlo con cuidado en la garganta, se sube una bien alto para ceñirlo y estrujarlo... y se escucha la sinfonía de los choques... goteando.
- Sigo creyendo que aquí hay demasiada humedad.
-Ya sabes... ¡Canta!