domingo, 15 de junio de 2014

Escrito en la arena


Con este encuentro playero anual hacemos nuestra particular exhibición de la palabra escrita, a la que solemos caracterizar de "poco visual", en cuanto exenta de coreografía, y con la que, sin embargo, podemos danzar el más hermoso baile de ilusiones y palabras compartidas.

Allí estuvimos todas las personas escritoras, todas... las que asistimos y las que no... porque ser nombrada también es una forma de estar

La  tarde-noche del viernes ha supuesto tremenda inyección de motivos para gustarme de seguir siendo asidua a la escritura. 
Agradezco, pues, sobremanera, la invitación.

El intercambio de libros con sus generosas donaciones, y finales felices al azar,  fue una estupenda propuesta que hizo Juan Carlos, nuestro profe, y que obtuvo seguimiento total y muchos aplausos.
Hasta la arena llegaron libros escritos, algunos, por las que, de las allí presentes, ya ven la luz editorial. 
Libros amados, manoseados o nuevos, unos, nudistas o envueltos, otros. Pilar II, se llevó dos; Pilar I, solo uno. Susana, Covadonga y su amiga llegaron tarde y entre ellas hicieron su intercambio.

Antes de buscar a mi donante para que me dedicara unas letras - me tocó "El salón de ámbar", de Matilde Asensi - quise hallar a mi destinataria para contarle por qué yo había llevado "Cabaret místico", de Alejandro Jodorowsky, y no otro. Resultó un intercambio in situ: Mar y yo, ambas dos, fuimos destinataria y donante... la una de la otra.

Bocateamos, reímos... y sí, nos fuimos rotando en conversaciones de a dos, de a tres, de a cuatro, mientras la luna cercana y roja se iba asomando para acompañarnos en la despedida.

Ningún mar de dudas, ninguno.
Inmenso placer de encuentro y reencuentro.
Mi gratitud. (Nos) seguimos escribiendo!